Ir al contenido principal

Los besos que yo te di


Aunque entres en una alberca
de agua fría y arrayanes
que tenga disuelta dentro
columnas, estrellas y aires;
aunque con buriles nuevos
acuñen nueva tu imagen,
y un sayón bartolomeo
piel a tú digas te arranque;
aunque nacieras de nuevo
en el vientre de tu madre
y el Padre Santo de Roma
de nuevo te acristianase,
los besos que yo te di
no te los quitará nadie,
que vas reluciendo besos
pregonando su linaje,
brillando y oscureciendo
como una luna en dos fases
que nunca mata el creciente
porque no quiere el menguante.

La saliva de mis besos
no se te pegó a la carne.

Si se te hubiera pegado
arrancarla, fuera fácil
y pisotearla luego,
cosas de buenos amantes;
pero no fue pegadiza,
no fue postura de traje
que en una feria, se compra
y en otra feria, se añade,
y cuando pesa, se cambia
conforme cambia el paisaje,
como un catorce de mayo
que no quiere sofocarse.
La saliva de mis besos
te cimentó, la raigambre,
la respiraron tus huesos,
la comieron tus ijares
te clareó las entrañas,
te hizo crecer y esponjarte
como crecen y se esponjan
los chopos al agua fácil;
lo canijo de tu vida
tuvo un apoyo de jaspe:
mis besos; el hambre tuyo
dejó de ser malas hambres
con mis besos; el horizonte
sin causa, tuvo su lumbre,
mis besos. Tu palabra sin engarce
tuvo gramática, besos, besos,
porque no son más que frases
de un evangelio de lumbre
con nuestras dos iniciales.
Qué tienes que no tuvieras
metido en mis besos antes;
eras cañamazo doble,
hilaza que se deshace
y en los labios tuve agujas
divinas para bordarte,
de la camisa al pañuelo,
desde el tuétano a la carne.
Si alguien te advirtió algún día,
no fue por ti, tú lo sabes,
que tú eras limo dormido
que no acierta ni a cuajarse;
fue porque yo te mostré
en un joyel delirante
en este panal de besos
alto, denso, claro y grave
y dentro de él relucías
tú, que eras tristeza mate,
como reluce una Hostia
que acaba de consagrarse,
que es pan y no es pan, porque
se amasó de eternidades.
Ahora, quítate mis besos,
dáte alquitrán y vinagre,
entra en un río de greda
o en una selva de sables,
busca otros besos que pongan
a los míos antifaces.
Qué habrías de conseguir? Di,
si habrían de machacarte
y en el polvo de tus huesos
estarían mis señales.

El agua se irá burlada,
la lumbre quemará en balde,
se mellarán las navajas,
caerán las caretas fáciles,
te señalarán cien dedos,
dianas de los cobardes,
te gastarás, en mentidos
esfuerzos de escaparte
a aun allí, estarán mis besos,
fundidos en tu raigambre.
Y hasta el día que la tierra
con otra tierra te tape,
por debajo del montón
mis besos han de notarse,
vivos, aunque te hayas muerto,
nuevos, aunque tú los gastes,
calientes, aunque te enfríes,
verdad, aunque los negaste,
para que Dios te conozca
por lo bizarro del traje
y sean los besos míos
al cabo, los que te salven


José Antonio Ochaíta

Comentarios

Entradas populares de este blog

Paco Herrera

Me la traían fritita entre dos altivas rosas, a una pobre margarita, tan sencilla y primorosa, porque era una flor furtiva...y olé. Las dos rosas: Señoronas. Y la pobre margarita en un rinconcito estaba, ella siempre calladita. Aguantaba y aguantaba igual que una cenicienta...y olé a sus banales hermanas. Una presumida rosa muy coquetona y supuesta ella, la miraba con desprecio muy postinera y muy orgullosa. Murmuraba :"Que qué hacía entre la grandeza, tan poca cosa..." La otra rosa, se veía que estaba "pelín" celosa de la pobre florecilla aquella que sembró el viento y no necesitó nunca ni manos de jardinero ni tronco que la elevase a cierta altura del suelo. Y un día llegó un pintor de esos pintores bohemios que, ignorando vanidades, andan plasmando en sus lienzos tanta grandeza sencilla...y olé que por la vida van viendo. Y la pobre margarita, cenicienta despreciada, se puso sonrojadita porque en el gran cuadro estaban unos pinceles nerviosos...y olé copiando su ...

Solo pasaba por aquí, blog

Hace tiempo que no te escribo nada, blog. Recuerdo cuando te abrí, la ilusión con la que publicaba mis cositas, con el tiempo me fui enfriando y poco a poco fui faltando a mi cita contigo. Me he fijado en que no soy la única que falta a sus citas, a casi todos-as los blogueros-as les pasa. Bueno,hoy te voy a hablar del cachorrito nuevo. Es un bulldog ingles y es la cosa más tierna que hay en el mundo. Hace una semana que lo tenemos, es de color blanco con unas manchitas color canela. Hoy le hemos hecho una casita y parece que le ha gustado mucho. Aun no podemos sacarlo a pasear pues le falta poner la última vacuna, la que será el refuerzo de las dos que ya lleva puestas. Te pongo su foto para que veas lo lindo que es. Yaiza

La canción del torrente

Al amparo de la tarde, que declina lentamente, sepultando el poderío de su luz en Occidente, donde ostenta el sol la sangre de su túnica imperial, y a través de la floresta deliciosa, cuya trama es un palio de berilos rumorosos, se derrama el clarísimo torrente roto en hebras de cristal. Bajo el rústico tejido de una endeble pasarela van formando los raudales un arroyo donde riela la agonía del crepúsculo con su trémulo fulgor, y la linfa transparente, mientras corre por su lecho, va diciendo estas palabras con dulcísimo rumor: -Soy el agua cristalina; con mis besos van las flores transformando sus capullos en corolas de colores que dan vida y dan aromas al ambiente del vergel, y, al nacer alegremente las mañanas del estío, son joyeles de brillantes mis ofrendas de rocío en los pétalos carnosos de la rosa y el clavel. A la sombra del oasis, mi corriente limpia y pura es caricia y es consuelo y es torrente de frescura que amortigua dulcemente la fatiga y el calor de los pobres peregrino...