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Mostrando entradas de diciembre 20, 2008

La canción del torrente

Al amparo de la tarde, que declina lentamente, sepultando el poderío de su luz en Occidente, donde ostenta el sol la sangre de su túnica imperial, y a través de la floresta deliciosa, cuya trama es un palio de berilos rumorosos, se derrama el clarísimo torrente roto en hebras de cristal. Bajo el rústico tejido de una endeble pasarela van formando los raudales un arroyo donde riela la agonía del crepúsculo con su trémulo fulgor, y la linfa transparente, mientras corre por su lecho, va diciendo estas palabras con dulcísimo rumor: -Soy el agua cristalina; con mis besos van las flores transformando sus capullos en corolas de colores que dan vida y dan aromas al ambiente del vergel, y, al nacer alegremente las mañanas del estío, son joyeles de brillantes mis ofrendas de rocío en los pétalos carnosos de la rosa y el clavel. A la sombra del oasis, mi corriente limpia y pura es caricia y es consuelo y es torrente de frescura que amortigua dulcemente la fatiga y el calor de los pobres peregrino...