Me ha hecho recordar esta triste leyenda, un ruiseñor que oigo cantar toda la noche al lado de casa. Es una historia muy triste y a la vez hermosa. Habia un ruiseñor que vivia en el jardín de una casa. Todas las mañanas una ventana se abría y un joven comia su pan mientras contemplaba la belleza del jardín. Siempre caian migas de pan en el antepecho de la ventana. El ruiseñor comía las migajas, creyendo que el joven las dejaba allí a propósito para él. Así creció en su pecho, un gran afecto por aquel que le alimentaba. Un día el joven se enamoró; pero su amada, le impuso una condición como prueba de su amor: que a la mañana siguiente él le trajese la más linda rosa roja. El joven se recorrió todas las floristerías de la ciudad, pero no encontró ninguna rosa roja. Triste y desolado, fue a pedirle ayuda a su jardinero. El jardinero le dijo que era imposible encontrar rosas, pues no era temporada. El ruiseñor que había oido la conversación quedó con pena al ver la desolación del joven. T...