Me la traían fritita entre dos altivas rosas, a una pobre margarita, tan sencilla y primorosa, porque era una flor furtiva...y olé. Las dos rosas: Señoronas. Y la pobre margarita en un rinconcito estaba, ella siempre calladita. Aguantaba y aguantaba igual que una cenicienta...y olé a sus banales hermanas. Una presumida rosa muy coquetona y supuesta ella, la miraba con desprecio muy postinera y muy orgullosa. Murmuraba :"Que qué hacía entre la grandeza, tan poca cosa..." La otra rosa, se veía que estaba "pelín" celosa de la pobre florecilla aquella que sembró el viento y no necesitó nunca ni manos de jardinero ni tronco que la elevase a cierta altura del suelo. Y un día llegó un pintor de esos pintores bohemios que, ignorando vanidades, andan plasmando en sus lienzos tanta grandeza sencilla...y olé que por la vida van viendo. Y la pobre margarita, cenicienta despreciada, se puso sonrojadita porque en el gran cuadro estaban unos pinceles nerviosos...y olé copiando su ...
Muy bonito..!! Yo no seré el destinatario, porque yo se que me quieres mucho....
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